La isla Skorpios perteneció al magnate
Aristóteles Onassis donde realizó su sonado matrimonio con la viuda de John F.
Kennedy, Jackeline. Luego de su muerte en Paris, pasó a ser propiedad de su
hija Cristina, quien murió en Argentina sola en su apartamento, ambos están
enterrados en esta isla. La hija de Cristina, Athina, heredó toda la cuantiosa fortuna de la familia Onassis pero decidió
vender todo, hasta la emblemática isla Skorpios, la cual visité hace dos años.
Una vista aérea de la isla Skorpios, propiedad del magnate Aristóteles Onassis, hoy vendida por su nieta Athina a nuevos ricos rusos. |
El cambio de
una época se mide en Skorpios en unas fotografías. El blanco y negro de las
imágenes de Aristóteles Onassis y Jackie Kennedy reien casados se esfuma detrás
de la foto brillante de una chica rubia de 24 años a la que su padre, uno de
los hombres más ricos del mundo, ha tenido el detalle de comprarle nada menos
que la isla griega que fue uno de los símbolos de aquella legendaria realeza
burguesa que llenó las revistas de los años sesenta.
Han pasado
tres meses desde que se conoció que la única heredera de los Onassis, Athina,
decidió deshacerse de aquel trozo de tierra engastado como una esmeralda en las
aguas del mar Jónico, y sus nuevos dueños ya se han dejado ver por su nueva
propiedad.
Los nuevos inquilinos han elegido un perfil bajo después de que la noticia
volviera a despertar el interés de la prensa de todo el mundo sobre la que hace
medio siglo fue uno de los destinos de ensueño del jet-set internacional.
Es difícil pasar inadvertido si puedes firmar, sin pestañear, un cheque de
unos 100 millones de euros —la cifra, no confirmada oficialmente, con la que se
cerró la transacción— para añadir otra joya a una corona que cuenta, entre
otras maravillas, con la mansión de lujo en Palm Beach que fue de Donald Trump
y un ático en Manhattan con vista a Central Park, adquirido por 67 millones de
euros.
Pero los Ribolovlev, lo están intentando, respetando quizá el estilo de
máxima discreción elegido por la antigua propietaria, Athina.
Desde que se casó en 2005 con el jinete brasileño Álvaro Doda de Miranda
Neto, del que adoptó el apellido, la heredera de la dinastía más famosa de
Grecia ha vivido alejada de los focos (y de la isla donde están enterrados su
abuelo, su madre Cristina y su tío Alexander) y está entregada totalmente a la
pasión que comparte con su marido, la hípica.
Con él se la vio en Madrid cuando participó en un
concurso de saltos internacional en el Club de Campo Villa de la
capital. Fue precisamente este deporte el que permitió la venta de
Skorpios.
Athina conoció a Ekaterina en el circuito internacional y el pasado verano
la invitó a pasar unos días en la isla a la que luego llegó el millonario ruso
Ribolovlev que se enamoró de su enclave.
La estancia de Athina y Doda en Madrid fue poco antes de que el
ministro de Finanzas griego anunciase que sometería la venta de Skorpios al
examen del Consejo Jurídico de Estado para averiguar si incumplía con las
voluntades de Aristóteles Onassis.
Según clamó un diputado del partido conservador Nueva Democracia en el
Parlamento heleno, el testamento preveía que la propiedad, de no poder ser
mantenida por los herederos, pasaría al Estado.
Pero no parece que la investigación haga peligrar el cambio de manos de
Skorpios. “Son cosas que van para largo”, comentan fuentes bien informadas que
aseguran que, contrariamente a las noticias que circularon sobre una solución
de compromiso, es decir, un arrendamiento a largo plazo, se trata 100% de una
venta y no hay problemas ni con el Estado ni con el testamento.
Una señal tranquilizadora en este sentido la dio el mismo Primer Ministro
griego Antonis Samarás que se reunió con Rybolovlev en Atenas a finales de
junio. Fue un encuentro de media hora en el que también se habló de las
posibles inversiones del magnate ruso en un país que busca desesperadamente
atraer capital extranjero.
Mi visita a la isla de Onassis
En el verano del año 2010 realicé una visita a la isla de Zakinthos en el Mar Jónico, desde allí realizamos una gira guiada por varias islas pequeñas vecinas a Zakinthos, entre otras pudimos visitar Ítaca, Esparta, que no está habitada y que Aristóteles le regalo a su hijo Alexander, frente a la isla Skorpios, donde él residía y donde descansan sus restos mortales junto a su hija Cristina y Alexander.Así pudo verse Aristóteles cuando iba a tomar su yate de vuelta a su isla Skorpios. |
Durante el recorrido alrededor de la isla Skorpios, no es permitido desembarcar en ella, apenas es posible nadar en sus orillas. |
Esta es la casa que un día fue de Aristóteles Onasis, los empleados saludaron a los turistas, se puede ver el famoso yate Cristina. |
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