sábado, 28 de marzo de 2015

Francisco de Miranda compró una casa en Atenas

El Generalísimo Francisco de Miranda recorrió Europa y tuvo amistad con los representantes de las más altas esferas de poder de esos países, empresarios, Reyes, Zares, Presidentes, Primeros Ministros y religiosos con influencia, con quienes tuvo amistad, sin embargo, algunos enemigos surgieron como consecuencia de esas amistades.
Entre otros países visitados, Grecia fue uno de los más importantes para sustentar su proyecto de liberación de las colonias españolas de América, donde profundizó sus estudios filosóficos, allí estuvo durante casi tres meses y compró una casa al pie de la Acrópolis.

Así es el panorama actualmente, en ese grupo de casas se encuentra la que una vez compró Miranda


Francisco de Miranda recorrió Europa con el propósito de obtener apoyo para su lucha de libertad en Hispanoamérica y visitó los más importantes países de este continente buscando alianzas militares, económicas e intelectuales que le sirvieran para liberar del imperio español a la América que comprendía desde el Mississippi hasta la Tierra del Fuego y convertirla en una gran nación llamada Colombia.

En todos estos viajes conformó una importante colección de datos de todo tipo, geográficos, culturales, políticos, sociales y económicos que recolectó en su diario llamado Colombeia.

Describió cada país, sus costumbres, tradiciones, personajes, ambientes naturales, cultura, idiosincrasia, historia y los proyectó siempre en función de lo que debería ser la patria grande en Hispanoamérica.

Uno de esos países visitados fue la antigua Grecia, invadida para ese tiempo por el imperio otomano, llegó un 16 de mayo de 1786 por la ciudad portuaria de Patras, ubicada en el Peloponeso, venía de Italia, se convirtió así en el primer americano que visitó el país heleno, según registros griegos.

Durante los tres meses que duró su estadía, escribió incesantemente sobre las costumbres y tradiciones de Grecia, sobre los invasores turcos y sobre el gentilicio de los griegos, que “llevan la música en el alma”, recorrió los lugares sagrados, monumentos a los dioses, sitios de enfrentamiento y batalla, como Maratón, donde perdió Darío I contra los atenienses y Salamina donde el rey persa Jerjes sufrió una de sus más grandes derrotas.

Luego de algunos contactos logró instalarse en una mejor zona y le permitieron quedarse en una casa al pie de la Acrópolis, la cual adquirió y dejó al cuido de unos vecinos, nunca regresó a Atenas a pesar de que en algún momento y tratando de huir de sus enemigos un periódico mencionó que se encontraba "en su casa de Atenas", pero era para despistar a esos enemigos que le perseguían incesantemente.

Hasta ahora es poco lo que se ha hecho para tratar de encontrarla y ubicarla exactamente, lo único que se tiene es lo que él escribió en su diario.


La Embajada venezolana trató de ubicarla en 2010 y se realizaron intentos con personal calificado, de los cuales participé en varios, pero fue infructuoso, sin embargo, todo indica que debido a la invasión turca pudieran haberse perdido los papeles de propiedad.


Queda como tarea para los venezolanos encontrar esa casa y convertirla en un centro del pensamiento Latinoamericano para honrar la memoria del insigne venezolano.


Miranda adquirió una casa en Atenas, al pie de la Acrópolis, queda como tarea para los venezolanos encontrarla.
El 18 de junio de 1786 escribió Miranda en su diario lo siguiente:

18 de junio:
           Fui a visitar al Cónsul de Francia, señor Gaspary, para quien traía carta, Este me recibió políticamente.

Luego a ver al señor Procopio Macri, griego, joven y tonto, que hace de Cónsul de Inglaterra. Tiene dos hermanas  bonitas y de perfecta edad y la madama es amable. Me dieron su dulce, café, etc., a la griega, y mil muestras de política y de atención.

Luego a casa y después de comer, a mudar de alojamiento antes que llegase el maldito fraile. Este lo conseguí bueno, en casa de un Dragoman, nativo de la isla de Candia, llamado el señor Giovanni, que sólo tenía su mujer y una criada, los cuales me dejaron toda la casa a mi arbitrio y lo mejor era que estaba situada cerca de la ciudadela, en un paraje elevado y bien ventilado, pues en lo bajo es asarse en esta estación. La casa es buena, sólidamente edificada en el gusto del país y me la querían vender en 50 cequíes, cuyo dinero hubiera dado gustosísimo si lo hubiera tenido, por tener posesiones en la sabia y política Atenas. Compréla al fin y la dejé a esta familia para que la habitase.

Esta es una fotografía de los años finales de 1800, una vista similar vio el venezolano de Atenas.





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